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Carlos I: (1500-1558)

                                     Carlos I, nacido en Gades en 1500, fue el primer austria que gobernó en España. Carlos I heredó                                            muchos terrenos, de su  padre (Felipe el Hermoso) heredó Luxemburgo, Holanda, Artois y el Franco                                        Condado. A la  muerte de Fernando el Catolico, su abuelo, heredó los terrenos de Aragón, Navarra,                                        Castilla, Nápoles,  Sicilia, Cerdeña, y los territorios ya conquistados en América y de su abuelo                                              Maximiliano I obtuvo los territorios austríacos de los Habsburgo y fue elegido emperador de                                                  Alemania.

                                     Cuando tenía 16 años, llegó a los territorios españoles sin conocer a penas el idioma y rodeado de                                          consejeros flamencos. 

 Eso causó que los españoles recelaran de su nuevo, joven y extranjero rey. Carlos a penas pasaba tiempo en la península y se preocupaba más de los problemas de Flandes que de los intereses de los españoles. 

En consecuencia, durante el reinado de Carlos I hubo grandes revueltas internas.

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El descontento desencadeno una sublevación de las Comunidades de Castilla, o de los Comuneros. Las ciudades del centro del reino se revelaron contra la autoridad monarca.

Se revelaron por diversas razones, la aristocracia castellana se ofendieron porque el gobierno del reino hubiera sido entregado a consejeros flamencos. Además Carlos había utilizado el dinero de los nuevos impuestos para coronarse como emperador alemán y había desdeñado el requerimiento de que aprendiera castellano y respetara las leyes del reino. Por otra parte la burguesía urbana temía el exceso de exportación de lana en bruto a Flandes, sin que Castilla pueda desarrollar una industria propia

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La revuelta estalló en Toledo y pronto se extendió a otras ciudades. Las autoridades reales fueron depuestas y sustituidas por nuevos regidores comuneros. Tras el incendio de Medina del Campo por las tropas del rey, la insurrección se generalizó
Los Comuneros crearon la Santa Junta en Tordesillas, gobierno rebelde, que exigió la retirada de los impuestos (servicios) aprobados en Cortes, el respeto a las leyes del reino y la marcha de los consejeros flamencos.

Los Comuneros intentaron sin éxito convencer a doña Juana, recluida en un castillo de Tordesillas, a que se pusiera al frente de la rebelión y apoyara a las Comunidades.

La rebelión propició el desorden social y hubo rebeliones antiseñoriales en algunas zonas. La nobleza empezó a alejarse de los comuneros.

Las disensiones internas y la radicalización antiseñorial del movimiento debilitó a los Comunidades. Tras la derrota de las tropas comuneras en Villalar en 1521, todas las ciudades abandonaron el movimiento, excepto Toledo que fue finalmente dominado en 1522. Los dirigentes comuneros Padilla, Bravo y Maldonado fueron ejecutados. La derrota comunera significa el inicio del absolutismo en Castilla y el reforzamiento del poder del rey.

LAS COMUNIDADES

 Además de las revueltas internas, Carlos I se tuvo que enfrentar a varias guerras por Europa, principalmente a el eterno enemigo de la monarquía española, la corona francesa. Ademas se tuvo que enfrentar a otros conflictos con los turcos, guerras religiosas etc...

Conflicto con Francia

España y Francia siempre han mantenido disputas de poder y territorios, pero un nuevo conflicto estalló entre el monarca galo, Francisco I y el monarca español, Carlos I. Francisco I había conseguido mantener una paz en su territorio y tenía ambición y ansia de poder. Por eso cuando murió Maximiliano I, Francisco y Carlos eran posibles herederos del Imperio. 

A pesar de los intentos de Francisco, Carlos se llevó la corona imperial, pero Francisco descontento con lo ocurrido, le declaró la guerra a España. Una guerra que se prolongó durante más de 26 años. 

La guerra fue sangrienta y cruel, los españoles vencieron en la batalla de Bicoca, pero los franceses lejos de rendirse, sitiaron una ciudad italiana de dominio español, un sitio en el que murieron más de seis mil hombres. Llegaron los refuerzos españoles y se volvieron a enzarzar en una guerra.

Francisco, desoyendo los consejos de sus generales, lucho en la batalla que terminó con su vida y finalmente con la guerra. 

Felipe II (1527-1598)

                                     Felipe II heredó los territorios de su padre, Carlos I y heredó Portugal y los Algarves de su                                            madre Isabel de Portugal. También reinó en Inglaterra e Irlanda durante su matrimonio con                                            María I. 

                                     Hombre austero, profundamente religioso y perfectamente preparado para las labores de                                                gobierno, a las que consagró todas sus energías, «el Rey Prudente» asumió como deber                                                  insoslayable la defensa de la fe católica, y combatió tanto la propagación de la Reforma                                                  protestante en Europa como los avances del Imperio Otomano en el Mediterráneo. De este                                            modo, aun sin aquella aspiración a formar un Imperio cristiano universal que guió los pasos de                                      su padre, Felipe II hizo de nuevo frente a los turcos, a los que derrotó en la batalla de Lepanto (1571), y extendió hasta dimensiones nunca vistas los dominios del Imperio español con la incorporación de Portugal y de sus colonias africanas y asiáticas.

Felipe II mantuvo las guerras con Francia, por el apoyo francés a los rebeldes flamencos y por la supremacía europea, obteniendo una gran victoria en la batalla de San Quintín.

       Una parte de las tropas españolas eran soldados de los Tercios viejos de Nápoles, por entonces bajo soberanía              española. A esta victoria contra los franceses se sumó un decisivo triunfo posterior en la batalla de Gravelinas en        1558.

Como consecuencia de estos fulminantes éxitos españoles se firmó la Paz de Cateau-Cambrésis de 1559, tratado en el que Francia reconoció la supremacía hispánica, los intereses españoles en Italia se vieron favorecidos y se pactó el matrimonio con Isabel de Valois, reina de España.

Al término de las guerras italianas en 1559, la Casa Austria había conseguido asentarse como la primera potencia mundial, en detrimento de Francia.

Ya al final de su reinado, Felipe II se tuvo que volver a enfrentar de nuevo a Francia, por los problemas derivados de la guerra de religión francesa entre 1595 y 1598.

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Conflictos contra los franceses

La rebelión de las Alpujarras 

La abundante población morisca del Reino de Granada se alzó en armas en protesta contra la Pragmática Sanción de 1567, que limitaba sus libertades culturales. Cuando el poder real consiguió vencer a los sublevados, se decidió deportar a los moriscos supervivientes a varios puntos del resto de la Corona de Castilla, cuya población morisca pasó de 20 000 a 100 000 personas. Por la gravedad y la intensidad de sus combates también se la conoce como la Guerra de las Alpujarras-

Además de los conflictos, Felipe II se tuvo que enfrentar a algún que otro problema en los reinos españoles, aunque tuvo menos problemas que su padre, Carlos I.

3º eso a

Colegio Internacional Altair

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